Las desventajas socioeconómicas reducen la función física en la vejez

  • Las personas de 60 años que viven en condiciones socioeconómicas desfavorables pierden hasta 7 años de un buen funcionamiento físico
  • Los años de funcionamiento perdidos debido a circunstancias socioeconómicas adversas fueron comparables con los perdidos a causa de la obesidad, la diabetes y la actividad física insuficiente, y fueron más altos que los perdidos debido a la hipertensión y al tabaco
  • El estudio se realizó en más de 109,000 adultos de 24 países en Europa, América, África y Asia, incluyendo España
  • Estos hallazgos sugieren que abordar las adversidades socioeconómicas podría aumentar sustancialmente los años que las personas pueden disfrutar de una buena función física. 

Milán/Bruselas, 27 de marzo de 2018. Un bajo nivel socioeconómico está vinculado a un deterioro en la calidad del envejecimiento equivalente a una pérdida de entre cuatro y siete años de buena salud física a los 60 años. Esta es la conclusión de un estudio publicado en la publicación científica BMJ por LIFEPATH, proyecto financiado por la Comisión Europea.

Los hombres de 60 años con un estatus económico más bajo (por ejemplo, ocupaciones manuales) tienen la misma velocidad al caminar que los hombres de 66,6 años con un nivel económico más alto (por ejemplo, ocupaciones no manuales). Calculado con la velocidad media al caminar, estos resultados suponen una pérdida de 6.6 años de buena función física. Las mujeres perdieron 4.6 años, una disminución más pequeña pero aún relevante.

Este impacto negativo fue comparable al provocado por otros factores de riesgo importantes. A los 60 años, una actividad física insuficiente provoca una pérdida de 5,7 años de una buena salud física en los hombres y 5,4 en las mujeres, mientras que la reducción por obesidad fue de 5,1 para los hombres y 7,5 para mujeres. La pérdida atribuida a la diabetes es, respectivamente, 5,6 y 6,3. El efecto de otros factores de riesgo como la hipertensión (2,3 y 3 años) y el consumo de tabaco (3 y 0,7 años perdidos) es notablemente menor.

"Nuestro estudio añadió más evidencia sobre el importante efecto de riesgo que tienen las malas circunstancias sociales y económicas, que pueden afectar seriamente a nuestro envejecimiento saludable", dice Silvia Stringhini, investigadora del Hospital Universitario de Lausana en Suiza y autora principal del estudio. "Estudios previos han demostrado que los diferentes factores de riesgo, incluidas las condiciones socioeconómicas desfavorables, tienden a agruparse en las mismas personas. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que la asociación entre un estatus ocupacional bajo con el funcionamiento físico no es atribuible con otros factores de riesgo".

Una investigación mundial de países de bajos y altos ingresos, incluyendo España
Los investigadores de LIFEPATH analizaron los datos de 37 estudios compuestos por un total de 109,107 hombres y mujeres con edades comprendidas entre 45 y 90 años. Se han analizado datos de 24 países de Europa, América del Norte, América Latina, África y Asia, incluyendo España. Utilizaron la velocidad al caminar como un indicador de la función física, ya que esta disminuye con la edad y es un buen predictor de supervivencia, ingreso hospitalario y deterioro cognitivo. Para evaluar la condición socioeconómica de los participantes se ha recopilado durante el estudio la información de su último título ocupacional.
"Otro hallazgo relevante fue la diferencia entre los países de altos ingresos y los países de ingresos bajos y medios, donde los primeros muestran un mayor número de años de buena salud física perdidos debido a las desventajas socioeconómica", dice Paolo Vineis, profesor en el Imperial College of London y líder del proyecto LIFEPATH. "Esto podría deberse a las diferencias regionales en el patrón social de los principales factores de riesgo, como la inactividad física, la obesidad y la diabetes".

Evidencia para la creación de estrategias y políticas de salud innovadoras
Las políticas actuales de salud global están dirigidas a los factores de riesgo de salud establecidos, como el tabaquismo y la inactividad física. El impacto negativo de estos factores se evalúa principalmente utilizando parámetros como la mortalidad, mientras que medidas más amplias de bienestar como la función física han recibido menos atención hasta el momento.
"No debemos limitar nuestro análisis solamente a la esperanza de vida, sino también tenemos que tener en cuenta la calidad de nuestro envejecimiento", dice Mika Kivimaki, profesor del University College of London. "Al centrarnos en el envejecimiento saludable y el bienestar funcional, nuestro objetivo es proporcionar una mayor evidencia en favor de políticas de salud más amplias que lidian con la adversidad socioeconómica, además de los factores de riesgo estándar".

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Publication date: 
Tuesday, March 27, 2018